A William de Worde, editor accidental del primer periódico del Mundodisco, siempre le ha preocupado la naturaleza de la verdad. Sabe que se esconde en lugares improbables y cuenta con sirvientes extraños. Pero mientras la busca, no le queda más remedio que lidiar con los problemas de la profesión periodística, como que...
... todos creen que quieren noticias, pero lo que realmente ansían es leer sobre las cosas que ya conocen...
...en cuanto abre el cuaderno y empuña el lápiz, muchos se le acercan sonrientes y formales, otros enmudecen y algunos prefieren verle directamente muerto...
... y de alguna, de alguna forma, las hortalizas con formas graciosas siempre acaban colándose en cada edición.
Competencia feroz. Titulares. Erratas. Cobrar cada semana. Y, para colmo, la prensa nunca deja de tener hambre: hay que llenar espacio a toda costa. Aunque tal vez lo que haya escrito sólo sea cierto hasta la próxima …
A William de Worde, editor accidental del primer periódico del Mundodisco, siempre le ha preocupado la naturaleza de la verdad. Sabe que se esconde en lugares improbables y cuenta con sirvientes extraños. Pero mientras la busca, no le queda más remedio que lidiar con los problemas de la profesión periodística, como que...
... todos creen que quieren noticias, pero lo que realmente ansían es leer sobre las cosas que ya conocen...
...en cuanto abre el cuaderno y empuña el lápiz, muchos se le acercan sonrientes y formales, otros enmudecen y algunos prefieren verle directamente muerto...
... y de alguna, de alguna forma, las hortalizas con formas graciosas siempre acaban colándose en cada edición.
Competencia feroz. Titulares. Erratas. Cobrar cada semana. Y, para colmo, la prensa nunca deja de tener hambre: hay que llenar espacio a toda costa. Aunque tal vez lo que haya escrito sólo sea cierto hasta la próxima edición.
Porque si la verdad se pone las botas, correr tras las mentiras no es lo único puede hacerse.
La vigesimoquinta novela del Mundodisco es una exquisita parodia y reflexión al mundo de la prensa y todo lo que le rodea. El poder de la pluma y el papel, la creación de la opinión pública, las presiones sobre el periodista, la prena amarilla, la búsqueda de la imparcialidad y la verdad...
Todo en el más puro estilo pratchettiano. O pratchettélico. O pratchettiense. Sea como sea, ya es hora de usarlo como adjetivo.
Una magnífica obra que habla sobre el periodismo, sobre qué es (o debería) ser el periodismo de verdad, como cuarto poder fiscalizador, sobre las fake news y sobre los poderosos en la sombra.
Todo esto con la sátira, gracia y saber hacer de Pratchett.